Dead Space: Aftermath

Dead Space: Aftermath es un largometraje animado situado en el universo de Dead Space. De cierta manera, es la secuela de Dead Space: Downfall y en la línea temporal oficial, sucede entre el primer Dead Space y Dead Space 2. Tiene un estilo gráfico muy peculiar, pues combina obsoletos modelos tridimensionales con varios estilos de animación tradicional. Los modelos tridimensionales se usan para narrar los acontecimientos presentes, mientras se usa un estilo diferente para cada uno de los flashbacks que componen la historia.

En el año 2509 la Concordance Extraction Corporation envía la nave USG O’Bannon al desolado planeta Aegis VII. Hace varias semanas se perdió contacto con la nave minera USG Ishimura y el primer equipo de rescate enviado a investigar. Se sospecha que el ingeniero Isaac Clarke tuvo algo que ver en la desaparición de los sobrevivientes al descubir los terribles secretos que se guardaban en la superficie del planeta.

Oficialmente, la tripulación tiene el objetivo de investigar la desaparición del equipo de rescate. Su verdadero objetivo es estabilizar el caótico planeta el mayor tiempo posible para recuperar cualquier fragmento de la temible Efigie Roja destruida por Clarke. Se pierde contacto con la O’Bannon y un tercer equipo es enviado abordo de la USG Abraxis; sólo encuentran cuatro sobrevivientes: Nickolas Kuttner, Alejandro Borges, Isabella Cho y Nolan Stross.

Los cuatro son llevados ante oficiales de la Uniología para ser interrogados respecto de la misión mientras se dirigen a la estación espacial El Eje. Uno a uno son interrogados por los científicos, desconociendo el horrible destino que les espera; en especial a Stross, cuya interacción con el fragmento de la Efigie Roja ha tenido un efecto diferente al de los otros tres, un efecto singular que lo hace más útil para la organización, del mismo modo que cierto ingeniero espacial rescatado hace unas semanas.

Los diferentes estilos de animación tradicional, dinámicos y hermosos a la vista, consiguen mantener la frescura a lo largo de la película. Pero en contraste tenemos la baja calidad de las secciones tridimensionales que parecen haber sido animadas hace más de quince años. Desde un punto de vista romántico, son ideales en el contexto de la cinta, pues su aspecto surrealista coincide con los ánimos de los cuatro sobrevivientes que ven su situación actual como un mal sueño.

Aftermath ofrece una historia genérica de survival-horror donde grotescas criaturas tratan de eliminar a los sobrevivientes mientras éstos combaten su propia locura. Es un trabajo recomendable para todo fan de la saga, como un pequeño extra de Dead Space 2 para pasar el rato, pero cuyo débil argumento no aporta algo nuevo a la saga principal salvo unas ligeras referencias, mientras los personajes siguen sus estereotipos al pie de la letra, sin llegar a sobresalir en absoluto.

Brethren Moons

Las Lunas Hermanas, también llamadas Lunas de Sangre, son una serie de criaturas de tamaño astronómico que asemejan satélites naturales. Su origen es desconocido, pero representan la etapa final en el ciclo evolutivo de los Necromorfos, creadoras de las efigies que buscan devorar toda materia orgánica que se cruce en su camino. Envían Efigies Negras por todo el universo; una vez los artefactos caen en un planeta habitado, impulsan el desarrollo tecnológico de dichas especies.

Los habitantes del planeta son afectados a nivel mental por las señales electromagnéticas del monolito, en forma de demencia o un impulso maníaco por crear duplicados de la efigie; Efigies Rojas que se distribuyen por todo su territorio. Mientras los artefactos disfrazan sus verdaderas intenciones supliendo una fuente ilimitada de energía limpia, también tienen la capacidad de reanimar tejido orgánico y desatar a los Necromorfos. Una vez que los monstruos han acabado con la mayoría de la población, se inicia un evento de Convergencia.

Todos los necromorfos, Efigies y tejido orgánico en la superficie del planeta se reúne en la estratosfera, con la Efigie Negra como núcleo, para formar un único organismo masivo. Este proceso da como resultado el nacimiento de una nueva Luna, que se comunica telepáticamente con sus hermanas al otro lado de la galaxia y viaja en busca de más civilizaciones para consumir. Se especula que los humanos jamás contactaron vida extraterrestre porque todos los otros mundos fueron devorados por las Lunas, generando un espacio muerto donde quiera que van.

La Luna de Tau Volantis

Dos millones de años antes de los eventos de Dead Space 3, la especie alienígena que originalmente habitó el planeta encontró una Efigie Negra. Cayeron en su trampa, la replicaron y usaron como fuente de energía. El artefacto inició un evento de Covergencia; cadáveres y necromorfos fueron absorbidos conforme una nueva Luna nacía. Pero esta raza tenía muchos recursos y usando su avanzada tecnología, los pocos sobrevivientes construyeron una máquina que congeló en un instante todo el planeta, aunque su verdadero objetivo era hacer chocar a la criatura contra Tau Volantis para destruirla.

El plan funcionó en cierta medida y la luna no pudo completar su desarrollo, pero siguió emitiendo una señal de auxilio a todas las demás efigies: «Devuélvenos a la vida» o «¡Apágalo!», refiriéndose a la máquina alienígena, con la esperanza de atraer seres orgánicos que le permitieran continuar la Convergencia. Las efigies artificiales que Isaac Clarke ha enfrentado trasmitían este mensaje. No fue hasta dos millones de años luego de su formación que la Luna pudo continuar su nacimiento, gracias al apoyo de los uniólogos.

Sin embargo, Isaac Clarke completó la máquina alienígena para cumplir su verdadera función; la Luna fue puesta en ruta de colisión contra Tau Volantis y murió antes de alcanzar su máximo desarrollo. Con sus últimas fuerzas, trasmitió un mensaje a sus hermanas, terminando su letargo. Todas ellas estaban conectadas y ahora se dirigían a la Tierra para consumirla. Las Lunas son seres sensibles, capaces de comunicarse a través de la galaxia mediante telepatía; poseen una mentalidad de colmena y se ven a ellas mismas como una sola entidad omnipotente o divina.

En Combate

La Luna de Tau Volantis es el jefe final de Dead Space 3. Como sus hermanas, es un necromorfo colosal cubierto por una corteza impenetrable. En su interior existen miles de tentáculos que se extienden por kilómetros con una boca enorme en el centro; cercana a esta zona está una «cabeza» con tres ojos gigantes, una mandíbula vertical, otra mandíbula circular más pequeña y varios apéndices que la criatura usa para interactuar con objetos pequeños o cualquier presa que se niegue a morir.

La Luna es invulnerable a todas las armas, para derrotarla debes destruir sus ojos usando la Kinesis mejorada para manipular las efigies que flotan por doquier y lanzarlas contra la criatura. Isaac debe permanecer en el centro de la plataforma y defenderse de los capullos que expulsa, pues al poco tiempo liberan Slashers o Twitchers. Su máximo ataque es sujetar la plataforma con dos tentáculos para devorarte; destruye las zonas amarillas rápidamente para evitarlo. Al final debes arrancar la máquina alienígena de sus entrañas y activarla para matar al necromorfo.

The Nexus

El Nexus es un necromorfo colosal avistado en Tau Volantis durante Dead Space 3. Tiene muchas similitudes con The Hive Mind del primer juego; cumple el mismo rol de comandante de campo, amplifica la señal de la Efigie y dirige el curso de la infestación. Varios de su clase pueden observarse congelados en la superficie. De inmediato atrajeron al atención de S.C.A.F., quienes diseñaron un transmisor para rastrear el origen de la señal usando las entrañas de las criaturas.

Doscientos años después, Isaac Clarke y su equipo deben replicar el experimento para seguir con su misión. Clarke accede al interior de un espécimen que los científicos llamaron «Nexus» para dar con la fuente de la señal, estimulando manojos de nervios con choques eléctricos. El interior está cubierto con Corrupción; cada vez que uno de los nodos es estimulado, se crean necromorfos mejorados para atacar a los intrusos.

El experimento es exitoso, pero la criatura vuelve a la vida y les ataca, desatando un feroz combate donde Isaac sale victorioso. Su longitud total jamás es mostrada, pero los descubrimientos de Ed Serrano sugieren que debió ser una especie de largo crustáceo segmentado, con múltiples patas articuladas y aletas. La parte visible de la criatura posee cuatro extremidades afiladas que usa para atacar.

Es muy probable que se haya creado a partir del cadáver de una criatura gigantesca nativa del planeta; pero sus dimensiones y configuración sugieren que también puede ser la aglomeración de varios organismos alienígenas. Su exterior está cubierto por una coraza impenetrable, a excepción de la parte frontal de tórax que contiene una masa de materia infectada que sirve como único punto débil.

Su cabeza está coronada por dos crestas y tiene seis orificios en el cráneo como los necromorfos alienígenas. Sus mandíbulas se abren de forma vertical para dejar al descubierto cinco pústulas brillantes que rodean la boca. Su interior posee un sistema digestivo rudimentario compuesto por una cavidad llena de líquido corrosivo donde existen tres Nest que se encargan de rematar a cualquier presa que el Nexus haya devorado.

En Combate

Además de aplastar a los personajes con dos de sus patas, The Nexus puede escupir sacos rojizos que se adhieren al suelo, explotan y liberan Feeders mejorados que atacan al jugador. La batalla tiene dos fases. Primero debes disparar a la gran zona amarilla en su tórax para hacerlo caer; en ese momento usará su ataque de aspiradora para tratar de devorarte, dispara a las cinco pústulas en su boca mientras el monstruo las expone.

Una vez que todos los sacos de la boca son destruidos, el necromorfo engulle a tu personaje. Inusual en el resto de su especie, posee un órgano lleno de ácido que contiene tres Nest, los cuales liberan larvas explosivas que se dirigen hacia ti. Rápidamente dispara a las extremidades brillantes de las criaturas para matarlas, toma nota en todo momento del oxígeno restante de Isaac. Una vez que las destruyas, The Nexus te regurgita y muere.

The Snowbeast

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Un necromorfo de gran estatura documentado en la superficie de Tau Volantis. Conforme las Colonias Soberanas llevaban a cabo su investigación sobre las Efigies en el planeta, comenzó a correr un rumor entre el personal. Varios soldados avistaron una gigantesca criatura rondando el campamento base; los encuentros eran fugaces, pero todas las descripciones coincidían con los espécimenes que el equipo de excavación estaba desenterrando del hielo. El monstruo se volvió parte del folclor local, como una especie de Yeti moderno.

Doscientos años más tarde, Isaac Clarke se enfrenta a la misma criatura, un necromorfo creado a partir de los restos de una especie endémica del planeta que probó ser bastante fuerte y resistente, pero también inusualmente inteligente. Además de acechar en la tormenta por un tiempo, limitándose a observar a su presa, muestra la suficiente paciencia como para atacar en el momento preciso y es el único necromorfo que se ha retirado de un combate para recuperarse luego de recibir suficiente daño.

De acuerdo con los registros dejados por S.C.A.F. la criatura ya se encontraba activa cuando llegaron al planeta; de ser cierto, puede que llevara más de dos millones de años en la superficie, quizás en estado latente. Durante tu visita al sitio de excavación es posible observar otros espécimenes similares que fueron seccionados para su análisis. Se dedicó a cazar a Isaac Clarke y John Carver durante su viaje por destruir las Efigies, acechando auxiliada por la ventisca, hasta que fue derrotada definitivamente por ambos.

Parecido a un gigantesco crustáceo, el monstruo tiene cuatro largas patas terminadas en puntas afiladas. Su exterior está completamente cubierto por un grueso caparazón que lo hace invulnerable ante los disparos. Sus entrañas son visibles cuando abre la coraza para extender tres tentáculos con pústulas brillantes que utiliza para examinar el entorno. También cuenta con una boca circular rodeada de colmillos en su parte inferior y puede liberar una larga lengua terminada en un pincho que usa para arrastrar a la presa hacia sus fauces.

En Combate

The Snowbeast es un jefe recurrente en Dead Space 3 una vez que llegas al planeta. Se le enfrenta tres veces durante la aventura debido a su tendencia por escapar una vez que lleva las de perder. Es muy rápida; su principal método de ataque es embestir sin cesar y aplastarte con sus patas. Todos sus ataques pueden quitarte varios bloques de vitalidad con un solo golpe; esto se vuelve especialmente peligroso si logra acorralarte en una esquina. Una vez que tu salud está muy baja, libera su lengua y devora a Isaac. Este ataque es imposible de esquivar.

Para derrotarla se debe seguir un método específico. Primero corta los tres tentáculos que surgen de su lomo; una escopeta o lanzamisiles dirigido al apéndice central es suficiente para destruirlos. Inmediatamente después revela su boca y otros tentáculos brillantes que son su verdadero punto débil; destrúyelos para restarle vitalidad. Repite este proceso auxiliado por Stasis, sin dejar de moverte para evitar sus arremetidas. En la batalla final sigue el mismo método y al final usa los arpones para matarla de una vez por todas.

Alien Necromorph

Un necromorfo creado a partir de los restos de un integrante de la misteriosa raza alienígena que originalmente habitó Tau Volantis. Dos millones de años antes de los eventos de Dead Space 3, su especie encontró una Efigie en el planeta. Maravillados, la replicaron, idolatraron y usaron como una fuente ilimitada de energía. Sin embargo, el artefacto pronto revelaría sus verdaderas intenciones e iniciaría un evento de Covergencia, convirtiendo a los habitantes en grotescas criaturas.

Pero esta raza tenía muchos recursos y usando su avanzada tecnología los pocos sobrevivientes idearon un último plan. En muy poco tiempo construyeron una máquina colosal con el fin de detener la última etapa en el ciclo evolutivo de los necromorfos. La máquina congeló en un instante todo el planeta, reduciéndolo a un desierto helado y deteniendo efectivamente a las criaturas. Pero a cambio, la raza alienígena se extinguió por completo.

En el año 2314 las Colonias Soberanas, buscando una manera de ganar la guerra de secesión, envían una flota a Tau Volantis guiados por la señal de las efigies. Allí descubren los restos de esta antigua civilización conservados en el hielo. En un intento por aprender más de ellos, descongelan varios espécimenes sin saber que estaban liberando necromorfos en lugar de ejemplares de la especie. Con estos actos se inicia el declive y posterior destrucción de la flota completa.

Ed Serrano, uno de los científicos, fue quien más avances realizó en la investigación. Descubrió un ejemplar alienígena no infectado conservado de forma magnífica a quien nombró Rosetta. Tras estudiarla se enteró del pasado del planeta y los últimos días de sus habitantes. También describió extensamente su anatomía y lenguaje. Murió tratando de finalizar la máquina extraterrestre, hasta que 200 años más tarde, Isaac Clarke consiguió destruir la infección en el planeta con ayuda de sus registros e investigación.

De acuerdo con Serrano, los alienígenas tenían un aspecto acuático con aletas y branquias. Seguramente Tau Volantis poseía una superficie cubierta por agua. Se comunicaban usando seis orificios en su cráneo, los cuáles emitían sonidos armónicos. Investigaciones posteriores revelaron que este no era su lenguaje principal, sino una forma de trasmitir sus conocimientos a otras criaturas luego de su extinción. Sus cuerpos varían en tamaño, desde la altura de un ser humano adulto hasta colosales esqueletos calcificados; aunque sigue siendo un misterio si éstos últimos fueron seres vivos o estatuas extremadamente realistas.

Sus versiones infectadas tienen una estatura que supera los dos metros. Poseen dos largos brazos y dos cortas piernas que usan para desplazarse, además de otro par de apéndices más pequeños resultado de su trasformación; comparados con Rosetta, no hay grandes cambios en su apariencia. Se limitan a merodear en las ruinas de la ciudad alienígena, cuando encuentran una víctima, lanzan desconcertantes sonidos a través de las cavidades en la cabeza del organismo original.

En Combate

Son enemigos de alto nivel que no deben ser subestimados, de forma similar al Tripod y el Brute en entregas anteriores. Atacan realizando una embestida desde lejos para arrollar al personaje y rematarlo de cerca con poderosos golpes; sus largos brazos les otorgan un alcance considerable. También pueden liberar Crawlers alienígenas desde una cavidad en su estómago para que los auxilien en batalla.

Usa la estabilización cuando comience su embestida, colócate a sus espaldas y descarga tu arma más fuerte contra sus extremidades para matarlo rápidamente. Puedes decapitar a los Crawlers y usar Kinesis para arrojar los cuerpos contra su progenitor, disminuyendo su vitalidad. Son de los pocos necromorfos que reciben daño en cualquier parte del cuerpo, no es necesario seguir una estrategia precisa, aunque cortar una de sus extremidades disminuye en gran medida su movilidad.